Grupos de Apoyo entre Profesores.
Los Grupos de Apoyo entre Profesores surgen para dar respuesta a la diversidad de necesidades de alumnos y profesores, donde se constituyen pequeños grupos de compañeros y compañeras de un mismo centro que trabajan colaborativamente sobre problemas planteados por sus colegas. Los profesores acuden voluntariamente a solicitar ayuda y colaboran con el grupo en el análisis y comprensión del problema planteado, así como en el diseño de estrategias prácticas y/o propuestas de intervención adecuadas a las dificultades identificadas, que posteriormente podrán ser probadas en el aula.
Parrillas y Daniels (1998) recogen algunas recomendaciones para poner en marcha un Grupo de Apoyo de este tipo:
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Normalmente el grupo debería componerse de tres profesores del centro educacional. Sin embargo, de ser necesario se puede solicitar temporalmente la participación de algún profesional del apoyo externo, el asesoramiento de otros profesores el centro, o de los propios padres.
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Los grupos se reúnen semanalmente o cada quince días con el profesor que hace una demanda de apoyo. Las reuniones se extienden aproximadamente por 45 minutos.
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Suele trabajarse en un único caso por reunión, ya sea un nuevo caso o un seguimiento, en cuyo caso se debe acordar una fecha para la revisión de la situación con el profesor que ha hecho la demanda.
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Para facilitar el trabajo de seguimiento y llevar un registro de las reuniones, los grupos de apoyo toman y guardan notas confidenciales sobre los casos que van afrontando.
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Los grupos de apoyo no pueden iniciarse ni menos desarrollarse sin la aceptación y colaboración de los colegas. Por su orientación institucional, filosofía, planteamientos y desarrollo práctico estos requieren del apoyo de los profesores y dirección del centro.
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Para que estos se desarrollen con éxito es preciso que los profesores tengan una idea clara del tipo de problemas de enseñanza que podrían ser planteados. En la práctica las demandas tienen muy a menudo que ver con problemas de conducta, sobre dificultades de aprendizaje, etc.
La docencia compartida.
Tipo de organización en la que dos docentes trabajan conjuntamente con el mismo grupo-clase. Habitualmente se habla del profesor de aula (aquel responsable de la materia) y el profesor de apoyo (que puede ser el responsable de la atención a la diversidad o cualquier otro profesor dispuesto a apoyar en el aula). Los profesores en su condición de profesionales aprenden a partir de la interacción con otros colegas, por lo mismo, la colaboración entre ellos se convierte en una herramienta imprescindible para favorecer una práctica reflexiva, un recurso esencial para alcanzar la máxima eficacia docente.
Es de suma importancia que las finalidades y las tareas conjuntas sean claras y asumidas por los participantes, y que se establezcan relaciones entre estas y las propias necesidades profesionales. Así también, los profesores deben tener una disposición a interactuar y a asumir compromisos, y se deben establecer unas estructuras básicas que permitan dinamizar la docencia compartida.
Hay decisiones que deben tomar los dos profesores que participan en la docencia compartida para asegurar la eficacia de esta. Las decisiones se toman antes del inicio de la docencia compartida, durante su desarrollo y al finalizar su período de implementación. Estas son respecto de las funciones y necesidades (como evaluar si hay alumnos con necesidades especiales en el aula y ver qué se puede hacer por ellos y de qué forma), otro aspecto es la coordinación (determinar el tiempo necesario para realizar el seguimiento) y, por último, la evaluación (donde deben ponerse de acuerdo en qué aspectos van a tener en cuenta para evaluar el progreso del alumnado).
Observación Mutua.
Esta técnica consiste en observar a un compañero (a otro profesor) impartir clase, o una actividad. Esto se puede hacer en situaciones naturales (presencialmente en la clase) o a través de grabaciones de vídeo.
Tomando en cuenta que muchas veces existe una gran diferencia entre lo que los docentes piensan y explicitan que hacen en clase y lo que realmente hacen, tanto en sentido positivo como negativo, esta técnica se constituye como una oportunidad muy valiosa para que los profesores conozcan en mejor medida su propia práctica.
Para que esta técnica resulte provechosa es necesario establecer unas condiciones precisas y asumidas por ambas partes, como:
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El objetivo de la observación (docencia, manejo de alumnos, un caso particular, etc.)
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Confidencialidad de la información.
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Reciprocidad de observación.
A través de estas iniciativas lo que se busca es generar un proceso de reflexión individual y grupal que lleve al profesorado a hacer visible lo que se ha convertido en cotidiano o común y, por lo tanto, en invisible para el docente.
En nuestro país, en la mayoría de los centros educacionales no se han implementado estas técnicas , y es más, la instancia que más se le podría acercar en términos de en ella tratar lo que ocurre en el aula (conversando con los colegas) es el Consejo de Profesores, por lo tanto, queda mucho trabajo por realizar, pero para ello se debe partir por establecer estamentalmente como obligatorias la existencia de estas redes de colaboración.
Fuente: Sandoval, M., Echeita, G., Simón, C. & López, M. (s.f). Material para la formación: Educación inclusiva. Extraído el 26 de Julio del 2013, de: http://www.ite.educacion.es/formacion/materiales/126/cd/unidad_9/mo9_como_trabajan.htm .